Así que heme aquí, en Palma, donde se eligió también a aquel soldado romano que renegó de su condición y murió ajusticiado por cientos de flechas.
Aquí también es fiesta mayor y se celebra en las calles. Cambiaré los palillos, tambores, barriles y marchas, por «torradoras» por la calle, conciertos y demonis.
Pienso disfrutarlo, como también pienso disfrutar de la añoranza de no estar por las calles de Donostia.
Porque la celebración es con las personas que tenemos cerca y que tenemos presentes. Gora Sant Sebastià! Viva Gu ta gutarrak!