Categoría: A la mesa

  • Ovejita Pibil

    Ovejita Pibil


    El pasado sábado, 16 de octubre de 2021, disfrutamos de una comida en nuestra casa de Ventrosa. Nos juntamos amigos y vecinos para ver si la locura que encendí en las cabezas de algunos zorros ventrosinos era posible. Y fue. Lo hicimos posible. Hubo Ovejita Pibil.

    Todo comenzó en el invierno. Allí los días son cortos y fríos; las noches largas y más frías, así que todos los que quedamos, o vamos a pasar unos días, nos juntamos donde la Inma y alrededor de la mesa de piedra de la entrada, hablamos de todo y nada… Así un día me dio por decirles que su pueblo, que siento tan mío, me parecía un paraíso en la tierra. Por su entorno, su situación y sobre todo por su gente y por la historia que durante siglos han construido.

    ovejita pibil ganado

    Ventrosa es una de las 7 villas del alto Najerilla. Un pueblo serrano y singular. Allí termina la carretera y sus gentes viven en una tranquilidad olvidada (igual afortunadamente para ellos) por el resto de la ajetreada civilización.

    La sierra es zona ganadera, historia de La Mesta, que desde sus picos movían sus rebaños por la mitad de España. Ganado que vive y pasta en terrenos abiertos, públicos o comunales. Animales que comen hierba y responden a los silbidos de sus pastores cuando les llevan sal.

    Ventrosa es un pueblo culto, humilde y sencillo donde todos se conocen por su nombre y en el que alguno todavía no conocemos nuestro mote, que seguro tenemos… Gente serrana que sabe que hay muchos buenos y malos momentos de soledad y que aprecian el contacto humano, el saludo, la sonrisa y la broma bien echada.

    Allí, si en invierno alguien no baja al bar durante un par de días, o no se le ve que ventile la casa, se le va a buscar para saber si necesita algo. En Ventrosa se sabe que es mejor hacer las cosas juntos, que son pocos y que la vida, aunque ahora ya no tanto, es dura y fría.

    Pues allí, en la mesa de piedra de lo de la Inma, empecé a decirles que lo que tenían era un tesoro. Que sus corderos son de ovejas que comen hierba y viven libres; que puedes saber quién es el pastor por su nombre: Ricardo, Asun, David, Gabriel, Juanma…; que esa calidad en la ciudad la desconocemos y que ese es un valor impresionante. Al menos para mí es tremendamente especial.

    Y en esa mesa, empecé a hablar de que la carne de oveja, que ahora es tan despreciada por «demasiado fuerte», «muy dura», «muy grasa»…, pero que antes, aquellos que vivían en esos montes podría ser de la poca carne que comerían y que seguro que podría hacerse algo especial. Seguro que cocinarían esa carne de alguna manera ancestral y ahí me vino:

    ¿Y si la cocinamos Pibil?

    Seguro que muchos sabéis de lo que hablo, pero para quien no lo sepa, en la cultura Maya, un «Pib» es un agujero en el suelo que se calienta, se mete el alimento y se tapa durante horas. Pibil es «hecho en un Pib».

    Pensé que podía ser una manera de conseguir cocinar esa carne dura, grasa y sabrosa y conseguir que estuviese rica. Yo sabía que la carne de oveja, si se cocina mucho tiempo, es tan tierna y sabrosa como la carne de vacuno, pero el reto era hacer esa fusión entre una técnica milenaria, con producto local. Un producto de calidad excepcional, pero que ya era desconocido hasta para estas gentes serranas y ganaderas.

    Sinceramente, mientras hablaba de todo ello, no percibía la emoción en la mirada curtida de aquella gente. Yo estaba tan ensimismado y tan venido arriba que apenas podía ordenar los borbotones de ideas que me venían… y Ricardo levantó la mano para llamar mi atención y dijo:

    «¡Yo pongo la oveja!»

    Primero fue empaparme de cómo debíamos hacer el agujero, qué tamaño debía tener la bandeja, qué leña usar y que piedras poner para que el calor aguantase.
    Después pensar en los ingredientes y aderezos para hacer la versión serrana de una ovejita pibil.

    Gracias a nuestro amigo Paco, conseguimos que un taller de acero inoxidable nos hiciese a medida una bandeja descomunal (tal vez demasiado, he de reconocer, pero fue por mis miedos a que no fuese suficientemente grande).

    Pasó el verano y entrado el otoño fijamos el fin de semana del 15/16 de octubre («después del puente») como día D.
    Antes, Charly y Domingo habían hecho el agujero, que Manolo protegió para que no se cayese ninguna vaca de las que andan en el pueblo; Ricardo y Asun prepararon la oveja para que se macerase una noche antes de enterrarla; Maite y Pilar prepararon unas salsas para acompañar todo aquello; Carlos Manuel cedió corazones de encina para que sus ascuas diesen ese calor que solo esa madera puede dar; Domingo trajo unas piedras de río y el viernes al mediodía hicimos la brasa, metimos la oveja en el Pib y la tapamos con tierra y barro para sellarlo y mantener el calor.

    Allí todo se hace entre todos, y esa es la grandeza de esa gente. Todos aportando trabajo, materiales y sobre todo, actitud.

    Fueron las 24 horas más largas que he vivido en tiempo

    Tocaba aquella tierra y la notaba fría…
    Sabía que era una prueba que no se había hecho antes. Al menos no nosotros. Lo normal es que no hubiese salido bien…
    Por mi cabeza pasaba mi propia ilusión, pero sobre todo la de todos los que habían participado y el resto de vecinos, que ese viernes se intrigaban por todo aquello y se iban contagiado de nuestra ilusión, de nuestra emoción.

    El sábado a las 14:00 quedamos para abrir la tierra y comprobar qué habíamos producido. Vino mucha gente y todos trajeron algo: chorizo, ensalada, queso, tortitas, cervezas y cava (gracias Nélida por ese cava)…
    Con azadas y espátulas fuimos descubriendo el barro que cubría la la tapa…

    ¡ESTÁ CALIENTE!

    No atinaba de decir otra cosa…

    La Ovejita Pibil salió caliente y muy bien hecha. Una carne roja y sabrosa que por el efecto de 24 horas en el Pib, había perdido toda la grasa.

    Me atrevería a decir que, al menos durante un rato, todos los que allí estuvimos fuimos felices… o algo muy parecido.

    Comimos, bebimos, nos reímos (mucho) y hablamos (mucho también).

    Y lo mejor de todo es que ya estamos pensando en hacer unas jornadas del ganado de Sierra, donde probar distintos tipos de carne y verduras locales; dar a conocer la cultura ganadera de la sierra y seguir haciendo todos juntos cosas para disfrutar y para hacer disfrutar.

    Por que en la sierra, juntos se va más lejos y mejor. Pero esto lo iremos concretando cuando volvamos a coincidir en lo de la Inma, con unas croquetas que con los restos de la ovejita pibil ha hecho Maite.

    Lo dicho, lo de todos, entre todos y para todos

    Para mi gente; para mi pueblo. #soyserrano

  • Decir Bar Desy es decir CASA

    Decir Bar Desy es decir CASA

    Gorka. Un amigo

    El Bar Desy, es un pequeño establecimiento en una de las calles «escondidas» de Gros. Una de esas calles del barrio y para el barrio. La pequeña calle Ronda.

    Allí no encontraremos impostura ni vanguardia, pero sí el espíritu de la hospitalidad en José, Desy, Gorka y Luz y el resto de su equipo.
    Los dos primeros crearon el bar y hace ya más de 30 años, se mudaron de su Rentería natal a este pequeño local en la entrada a una también pequeña galería que daba acceso a un supermercado de barrio.

    Gorka ha cogido el relevo de sus padres llevando como bandera ese excelente servicio, potenciando, con su visión y amor al buen producto local y de cercanía. Toda la comida la hacen en la pequeña cocina que hay al fondo, siempre con excelentes raciones de materia prima de temporada.
    Gorka decidió hace tres años apostar por ofrecer aquello que le apasiona:

     

    Cerveza artesana; cerveza premium

    Primero con una nevera y después con dos grifos que va rotando ofreciendo siempre novedades a sus parroquianos.

     

    Sólo esto ya lo hace una referencia para la hostelería honesta y con carácter, pero Gorka es mucho más y eleva al Desy a la categoría de templo (al menos para mi).

     

    Y es que con Gorka es imposible no acertar. Sólo tienes que preguntarle «Gorka: ¿qué tienes especial hoy?» Te mirará y buscará en su memoria la última vez que estuviste, quizá; la conversación que tuvisteis, tal vez. Sus ojos se mueven rápido, brillando ante el reto de poder sorprender a un invitado, su cliente. Se mesará la barba y puede que que haga alguna pregunta y en lo que canta un gallo, se le abrirán esos ojillos y esa gran sonrisa y te tentará con una cerveza nueva o algo que estaba guardando para una ocasión especial. Tú serás esa ocasión y él la generosidad de ofrecértelo, porque Gorka es egoísta y lo que más feliz le hace es hacer feliz a sus parroquianos.

    Así es Gorka. Así es el Desy. Un templo. Mi casa.

    Échale un vistazo en Instagram, facebook o Tripavisor, pero sobre todo, si estás por Gros, pasa y saluda a Gorka. Dile que le mando un fuerte abrazo.

  • Gero arte, Fornet de la Soca

    Gero arte, Fornet de la Soca

    Este pasado viernes, 24 de agosto, El Fornet de la Soca ha cerrado su puerta en la calle Sant Jaume. Esto puede parecer una despedida, y tiene tintes de ello por todos los recuerdos y todo lo ofrecido por Tomeu, María José y su equipo. La huella y sobre todo, el vacío que dejarán en la calle se notará. Pero lejos de ser una despedida es una gran noticia, ya que el Fornet se muda a uno de los Forns más emblemáticos de Palma.

    (Foto de Pilar Domínguez)

    Recuerdo la primera vez que visité el Fornet de la Soca. Yo lo conocía por referencias de Ibán Yarza y cuando vine a Mallorca por primera vez, fue una cita obligada. Fue en 2014. Ellos llevaban ya 6 años de andadura. Desde que te acercabas a la puerta, sentías que allí pasaban cosas y al entrar ya te estabas en otro mundo, en otro ritmo. Recuerdo que María José atendía y en la trastienda, sentado, Tomeu formaba empanadas.

    (Foto de Eva Hausheer)

    Este pasado viernes, pasé sin saber que iba a ser su último día abierto y compré una ensaimada de crema quemada. No pude evitar hacer unas fotos que ahora quedarán como recuerdo de ese último día del Fornet en Sant Jaume. Así, sin solución de continuidad, el viejo (¡10 años y lo llamo viejo!) Fornet da paso al nuevo. En el Forn des Teatre, local emblemático de la ciudad. Un lugar donde, sin duda, el Fornet crecerá y esto es un gran triunfo para todos nosotros, ciudadanos de

    Palma, amantes del pan y gente que agradecemos que las ciudades no sean sólo territorio de multinacionales y franquicias.

    Como dijo Bertolt Brecht: «Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles»

     

     

  • Inauguración Zara Home Palma con Tomeu Arbona

    El pasado 7 de marzo se inauguró la Concept Store de Zara Home en Palma. En pleno paseo del Born, donde estuvo la sede central operativa en Palma de Telefónica.

     

    Es la primera tienda diseñada por la interiorista Isabel López-Quesada y contó con Tomeu Arbona para todo el catering (aperitivo, comida y cena) en un evento que duró más de 10 horas (y que nos llevó más de una semana de preparativos).
    Tuve el honor y privilegio de colaborar como parte de su equipo (¡qué magnifico equipo!). En concreto mi labor fue la elaboración de la propuesta de bebidas que acompañasen la celebración y complementasen la comida preparada por Tomeu y su equipo del Fornet de la Soca, sin restar nada de protagonismo a sus platos y apoyar su calidad con la impronta de los vinos y bebidas de la isla. Ese fue el gran reto: Estar presente sin que se note y hacer de esa sintonía, nuestro éxito discreto.

    ZaraHome_FornetDeLaSoca

    A las 13:00 comenzó el evento. Los invitados «sorprendían» a Tomeu y Maria José en su cocina. Es espacio que Zara Home ha diseñado para mostrar su producto en un entorno que simula una casa, una gran casona mallorquina. Allí Tomeu tenía un gran surtido de comida en miniatura y ultimaba las espléndidas cocas para ofrecerlas a los invitados, mientras se les ofrecía un cóctel de bienvenida, una mimosa preparada a base de cava y zumo de naranjas de Soller.
    Se acompañaba de refrescos y dos vinos de Ànima Negra, la primera bodega en recuperar variedades autóctonas para elaborar vino. El tinto, ÀN/2 y el blanco Quibia.

    ZaraHome_Comedor

    Zara_Home_MenuLa comida era el momento estrella. Se habilitó una planta, la que luego servirá de showroom, como un maravilloso comedor, impresionantemente decorado con plantas y flores que brotaban de los altos techos tamizando una increíble luz natural que entraba de los enormes ventanales.

    El menú se componía de respetuosas interpretaciones, adaptadas a nuestro tiempo, de plantos tradicionales de la Cuina Tradicional de Mallorca, el último libro de Tomeu en el que recoge infinidad de platos de la isla.

    ZaraHome_AN2La cena fue más casual, ya que no se sirvió en mesa, sino como un picoteo bien surtido de pequeños canapés y regado también de los vinos de Ànima Negra, para terminar con un Gin Lemon de la recién desaparecida Pep Lemon (deseamos que sea un breve hasta luego).

    Sin duda, una experiencia única y satisfactoria. Tomeu y su equipo fue capaz de organizar un evento que incluía un aperitivo, una comida y una cena para 45 y 180 personas respectivamente. Todo ello, en una tienda (enorme, pero tienda), adaptando los recursos para hacer que los invitados y anfitriones, disfrutaran de la inauguración y de una comida excepcional. Fue un éxito y un enorme placer hacer felices a tantas personas.

    PD: No quiero dejar de agradecer a todo el equipo de Zara Home Palma, a Wozere Studio, al personal del Fornet y a los camareros. Especialmente a Tomeu por su confianza y a María Gómez por su generoso y constante apoyo.
    ZaraHome_Cierre

     

  • Una historia sencilla de harina, agua y sal

    Una historia sencilla de harina, agua y sal

    Paisaje panarra
    Crestas agrestes de pan bajo la luz del invierno (cbelio – Palma – 2018).

    Recuerdo la primera vez que hice pan. Recuerdo que lo hice para llevarlo un domingo a una comida en familia. Como muchas de las cosas que hago de un tiempo a esta parte, primero fue mi curiosidad y después internet. Yo no sabía nada, sólo la sospecha de que pan hemos hecho durante milenios y que mi abuelo, allá por Yesa (antes de verse sumergido bajo el pantano) fue panadero. Así pues me lancé a buscar y leer. No fue al principio, pero llegué al El foro del pan. ¡Aquello fue el vergel donde saciar mi sed de conocimiento! Recetas, panaderías, tiendas dónde comprar harina y material…y la masa madre…pero esa es otra historia.

    Soy como soy y pese a recibir el consejo de probar primero, decidí que no, que mi primer pan sería el que iba llevar al examen de mi familia. Pasé dos días con una masa que crecía y no sabía formar y que para que no se desmoronase, coloqué sobre un trapo de cocina nuevo que lavé a mano sólo con agua y dos tetrabricks de leche que hacía de tabiques.
    Pasé la prueba de la familia, pero sobre todo tuve La sensación. La de que hacer cosas con tus propias manos te lleva a un estado de armonía total.

    Después de aquello, seguí haciendo pan y enganchándome al panarrismo. Tuve la gran suerte de vivir desde dentro The Loaf in a Box. De allí pude salir panadero, restaurador, experto en vino en Londres…pero esto, también es otra historia.
    Me aparté un poco, por los avatares de la vida, de las masas, pero recientemente he vuelto. De manera simple y por el mejor de los motivos: hacer pan para mi familia. Panes sencillos para desayunos acelerados entre semana y pausados de fin de semana.
    Cada vez que hago la regla de tres del porcentaje panadero para pesar los ingredientes; el momento de meter las manos en la húmeda masa; la magia de amasar y sentir el desarrollo del gluten, cada vez que pienso en pan, vuelve a mi la armonía de sentirme bien. Pleno.

    Placeres cercanos, humildes y plenos. Pan y salud.

  • ¿Sabemos lo que comemos?

    ¿Sabemos lo que comemos?

    2015-07-24 22.19.47
    Geralds Bar, nuestro bar en Gros, con nuestros invitados y clientes.

    Mi opinión no es objetiva ni lo pretende. Mi opinión es crítica y preocupada. No siempre lo fue, ya que durante mucho tiempo, me dejaba llevar yo también. Pero hace casi el mismo tiempo que empecé a dudar. Lo hago mucho. Dudo de las cosas; las cuestiono y trato de encontrarles su valor. Esto va de comida, de Donostia, tal vez uno de los epicentros gastronómicos mundiales.

    Pulled pork
    Pulled pork, o desmigado de cerdo para quienes no sean #putosmodernos

    El verano pasado conocí a Gerald Diffey y junto a su socio Mario di Ienno, hemos emprendido una aventura gastronómica ni más ni menos que en mi ciudad: En Donostia. Hemos incorporado a personas y profesionales como Loren Herrero y Nick Hughes en la cocina y tenemos a tres jóvenes: Lidia, Xabi, en la barra, y Raul en la cocina, que tienen la misma pasión que nosotros y un futuro espectacular. Pero vale de mirarse el ombligo. Esto va de lo que está pasando mientras nosotros queremos creernos otra realidad: la de los artículos en periódicos internacionales que dicen que Donostia es «El destino» gastronómico del mundo…Sí, amigos, sí. Estamos en el punto de mira de todos aquellos que, cuando planean viajes por el mundo, tienen una premisa clara: El buen comer. Ya…¿pero es oro todo lo que reluce?

    Totilla de huevina
    Totilla de huevina

    Ya hace algunos años (tres), Marti Kilpatrick me dijo: «Veo que a Donostia le está pasando lo mismo que a Barcelona, que se ha convertido en el parque de atracciones de Barcelona». Y tenía razón. La parte vieja donostiarra es ya un parque de atracciones del pintxo. Ferias pensadas para captar guiris con sus cámaras; camareros que ofrecen platos para que los llenen de pintxos. Tradición plastificada para su consumo rápido. y ojo, puede que no estuviese mal del todo si la calidad, la honradez y la coherencia prevaleciesen por encima de todo…pero no. Huevina, patatas congeladas, mayonesa de polvos, croquetas congeladas, surimi en todas sus variantes, pan super aditivado y, eso sí, luces blanco-azuladas de LED y fotos de deportes rurales sobre pareces de plástico blanco.

    ¿Hablamos de las bebidas? No cambia mucho el discurso y es una pena. Vinos muertos y sin ninguna personalidad; refrescos de cerveza (eso sí, en vaso de sidra, que entre mucho alcohol) en los que predomina el precio (para el hostelero y el fabricante, no para el cliente) y no la calidad…por no hablar de la higiene de sus conductos…¿sabéis cuando una cerveza sabe a jabón o a pedo? Pues no, no es normal y deberíais reclamar. Refrescos llenos de azúcar… Todo vale si aparenta y se da mucho.

    Lo dicho, no soy objetivo y por eso me he metido en esto. Porque quiero dar productos frescos cocinados de manera honrada y sin atajos. Quiero dar bebidas que además de hidratar o emborrachar, te digan algo; quiero atender a mis clientes como atiendo a mis amigos cuando vienen a mi casa. ¡Sí, eso es! ¿O es que en tu casa ofrecerías mierda en bote a tu familia, amistades, invitados? Donostia está en el foco gastronómico mundial, pero no dejemos esa responsabilidad a los estrellados de Michelin. Seamos todos quienes digamos no a «mierda vitaminada».

    ¿Es demasiado tarde?

  • Pan Herrero

    Pan Herrero

    Más bien debería ser «Pan de los Herreros», pero espero que Juan y Loren, auténticos autores y creadores de esta receta, me permitan la licencia poética.

    Este pan es algo sencillo y simple. Es un pan para principiantes (no quiero llamaros Dummies, entre otras cosas porque al ser Lorentzero uno de los homenajeados y ser de todos conocida su postura ante los los absurdos anglicismos, voy a respetar su opinión, que además comparto). Fue hace unos días cuando Juan me contó su fórmula y si hago honor a la verdad, ya me la contó Loren antes. El asunto es que mientras Juan me hablaba de medidas en el sistema métrico decimal que yo comprendía y retenía, Loren lo hacía en puñados, pizcas y en esas medidas que tienen los cocineros. ¡Cómo si los normales mortales tuviésemos el conocimiento que años y años de práctica en los fogones otorgan! Loren no pesa, estima; no cuenta minutos, proyecta…y así. Juan es fotógrafo profesional. Su mundo es la física.

    Así pues, escucho a Juan que me dice:
    – Yo pongo 1 kg de harina: 700 gr de fuerza y 300 gr de lo que haya (O_O)
    – ¿De lo que haya? -le interpelé-
    – Sí. Semi integral, integral, de centeno semi o integral, mezcla de todo…de lo que haya…A eso le pongo 1 litro de agua, aunque últimamente le pongo más…, una pastilla de esas de levadura -de las de 25 gr, aclaro- y sal. Ya está. Lo mezclo, lo pongo en 2 moldes, lo pongo en esa balda que ves sobre la cocina de Loren y cuando se sale del molde, al horno y ya está. Está de puta madre -o muy bueno, si os molestan las expresiones de puta madre-.
    Me quedo con la copla y hablando con Loren de esto y aquello, le saco el tema y me dice:
    – Sí, yo le echo más agua y como Juan vio que estaba de la hostia, me cogió la idea. Pero sí, el pesa las cosas…
    – ¿Y la sal, le ponéis el 2%? -interpelo, métricodecimal que soy-
    – Psí…o no. Se la pongo a ojo. A ese volumen, este puñadete de sal -«crack», pienso, pero no se lo digo que luego se lo cree-.

    Me pongo manos a la obra. Yo no tengo 700 gr de fuerza y me lanzo al espíritu Herrero tendente al del medio de los Herrero; el simpático y imbuido de su espíritu me digo: «¡Bah, le pongo lo que tengo y saldrá #DePutaMadreMotorMercedes!» Yo tengo 500 gr de fuerza, así que la uso y le pongo otros 500 gr de la integral de Ecomonegros03. Ya había comprobado que esta harina no tiene nada de tenacidad. Se trata de un grano recuperado de las tierras aragonesas. En mi anterior intento, comprobé que se comportaba como el centeno, pero sin su conservación. Mucho sabor, pero nada de estructura.
    A ese kilo de harina le pongo 1125 gr de agua tibia y mezclo para dejarlo un rato (a lo Herrero).

    Pan Herrero Primera fase

    Después de ese rato (que os diré que ha sido lo que me ha costado pelar y cortar un aguacate, aliñarlo con limón, aceite de oliva virgen extra, sal y para comérmelo después), le añado 20 gr de levadura fresca y 20 gr de sal.

    Al mezclar, noto la tenacidad de la harina de fuerza que empieza a construir puentes de gluten, pero es leve. La integral se resiste…

    Pan Herrero fase 2
    Termino, enmoldo y abandono los moldes sobre la mepansa mientras cocino unos guisantes secos con arroz, queso y algunas especias.


    Claro, también hago un rato el tonto…como este #morrusosanonimous ya se sabe que la fermentación es un proceso lento que te deja mucho tiempo para hacer y deshacer muchas cosas.

    Pero lo que importa es el Pan Herrero y esta es su pinta sobre la campana extractora (la mepamsa, vamos). Sube rápido. Muy rápido al calor de la cocina, así que en poco tiempo está preparado…

    Tras 60 minutos, aproximadamente, ya que me baso en el sistema de estimar tiempo, no de contarlo del simpático de los Herrero, esta es la pinta que tiene. Como tiene muuuucho líquido, al desmordarlo está blandete por las paredes, así que los dejo un ratillo más (¿5 minutos a 200ºC) y después los dejo en el horno, sobre la rejilla y la puerta abierta.
    Me gustaría esperar unas horas a poder abrirlo y enseñaros el resultado por dentro, pero soy un ansias y como ya tengo preparado este post, lo publicaré tal cual. Si queréis saber qué pinta tiene, seguro que encontraréis fotos y comentarios al respecto.

    A quien no le ha dado tiempo de apuntar la receta de mi interpretación del Pan Herrero, es esta:

    1000 gr harina (500 gr fuerza; 500 gr Trigo Ecomonegros03 integral)
    1125 gr de agua de grifo tibia
    20 gr de sal fina
    20 gr de levadura fresca

    Proceso

    Mezclar harina y agua y dejar un rato (un aguacate)
    añadir y mezclar la levadura y la sal.
    Enmoldar y dejar sobre la Mepansa un rato (unos guisantes secos con arroz)
    Meter al horno un ratín a 230ºC (10 minutillos?) y luego dejar otro rato gordo sobre 200ºC (hasta que mi termómetro ha subido a cerca de 100ºC dentro de un pan (¿otros 50 minutos?)
    Desmoldar y dejar en el horno a 200ºC un momento.
    Abrir la puerta y apagar sin sacarlos.

    Ya si eso, mañana cuando lo corte hago alguna foto o video y os lo enseño.

    ¡Vivan Los Herrero!

  • Pan 2.0

    Pan 2.0

    Segundo proyecto de pan de este cocinillas. Primer intento de salirme de lo escrito… Sí, sigo una receta claro, pero la cambio para ver qué sale; de qué soy capaz.

    Algo tiene de místico para mi el pan. El clásico es «Libro, hijo, árbol.» A mi el pan me hace sentir ese lazo a lo primitivo. A ser capaz de producir mi alimento. Así, mezclar los ingredientes, amasar, reposar, volver a amasar, dar forma, reposar y cocer, se convierte en un vehículo a mi interior. A mi esencia. A mi miga.
    PD: Agradecer a Dan Lepard (@dan_lepard), Iban Yarza (@ibancito), David de Jorge (@robinfood), Nacho Bueno y al Glutton Club (@TheGluttonClub) la inspiración, el conocimiento y la amabilidad.
    Aquí un humilde panadero cocinillas.