Este equipo va muy en serio


Les confieso que tengo muchas cosas en la cabeza… por encima de todas, una sensación de felicidad, de plenitud que no se me quita con el transcurso de las horas. Me quería tomar un tiempo antes de escribir porque en caliente podría alejarme demasiado de la objetividad y tanto no debo, aunque tampoco quiero que esta huella tan edificante que me dejó el derbi (a mí y unos cuantos miles) se me borre por completo. Porque lo que aquí refleje no sería real si no plasmo en cierto modo ese sentimiento. Lo primero, para todos aquellos aficionados del Lagun Aro GBC que no pudieron estar en el Donostia Arena 2016, lo siento mucho. Recomiendo ver el partido en ACB360, yo le voy a dar otra vuelta porque vale la pena; sin embargo, lamento decir que ahí no se va a reflejar el ambientazo que se respiró en la grada. Es de los días que mejor me lo he pasado allá arriba en Illumbe.


Dicho esto, quiero recordar que, en mi opinión, la asignatura pendiente más importante para el GBC esta temporada era generar ilusión. O más bien, devolver la ilusión a un público que necesitaba algo en lo que creer tras la pasada temporada. Bien, a estas alturas se puede afirmar sin miedo a equivocarse que la ilusión en la afición guipuzcoana está disparada y hablando exclusivamente de ello, ésta es una de las mejores noticias que podemos tener. ¿Por qué esta ilusión? Yo veo tres razones fundamentales: Por un lado, la actitud que muestra este equipo sobre la cancha, el derbi es el ejemplo perfecto, pues era evidente cuál de los dos equipos deseaba más la victoria. Además, la unidad del grupo, la sensación de bloque es realmente esperanzadora. Y por último, no podemos obviar que el baloncesto que está practicando el Lagun Aro GBC es imposible que no potencie el ánimo y la fe de los aficionados.

Centrándonos en el partido, hay muchas cosas que llaman la atención. La diferencia entre tener un base de verdad (o dos) y no tenerlos es una de ellas y muy importante por cierto. No sé cuántas veces en un derbi habrá salido ovacionado un jugador por ambas aficiones, pero es que el partido de Javi Salgado bien lo mereció. Pero no quiero olvidarme del trabajo de Ricardo Uriz, que para mí estuvo genial en labores que requieren ponerse el buzo y ensuciarse. Es curioso comprobar como la influencia sobre el partido de Aaron Jackson no fue vital a pesar de protagonizar acciones de mérito y en cambio el ritmo de juego lo dominó por completo el GBC. Se jugó el partido que nosotros queríamos y así todo es más sencillo. Laso decía en la previa que el base titular de los bilbaínos le parecía un muy buen dos y viendo su capacidades cara al aro y su nula dirección, hay que darle la razón.

Y más allá de la enorme influencia de la dirección de juego en este partido no podemos obviar que David Doblas volvió una vez más a demostrar que está en el mejor momento de su carrera, que a la honestidad y honradez que siempre ha puesto a la hora de esforzarse ahora ha sumado templanza, seriedad y muchísima cabeza en todo lo que hace. Su partido ante el BBB fue un diez. Un rotundo e innegable diez. Que Doblas y Miralles se complementan a la perfección se demuestra cada día. Siempre es uno el objeto de mayor protagonismo ofensivo, siempre en uno confluyen los destinos estratégicos del ataque donostiarra cuando éste llega a la pintura, mientras el otro se busca la vida en segundas opciones; por eso están brillando alternativamente. Pero si cuando Doblas es protagonista hace 17 puntos con 7/10 en tiros de campo y 9 rebotes y Miralles le acompaña con un 10+10, difícil es superarles por mucha artillería interior que traiga el rival.

De hecho, cuando comparten minutos, la defensa en la pintura del GBC da un empaque al equipo que dispara su confianza, ayuda muchísimo a que los exteriores tengan la certeza de que si aprietan en el perímetro, no tienen nada de qué preocuparse en la zona. No sé si me gusta más cómo se desplaza Miralles o cómo aguanta David en el cuerpo a cuerpo; bueno sí que sé qué me gusta más: ver al colectivo dejarse la piel para proteger su canasta. Y si antes destacaba el trabajo sucio de Uriz, no voy a dejar pasar el partidazo de Domen Lorbek. Es cierto que necesita recobrar la confianza en su tiro, pero su labor defensiva (no olviden que lo mismo defiende escoltas que aleros y lo hace con acierto) y su toma de decisiones en ataque, le convierten en una pieza clave en el éxito del GBC más allá de lo que digan los fríos números.

Sobre Jimmy Baron, no me quiero dejar pasar la importancia de que los días que no le toca brillar tanto es capaz de sumar (aún no ha bajado de 10 puntos en ningún partido) sin consumir excesivas posesiones y sin condicionar negativamente en el juego ofensivo de su equipo. Es útil aunque ni siquiera reciba, sobre su amenaza concentra muchas atenciones y sus defensores -que le ponen fino a hostias, dicho sea de paso- tienen que recorrer muchos metros para perseguirle, con el desgaste que ello requiere. Pero por encima de eso, me encanta ver las caras de incredulidad de la gente cuando mete triples como su primero ante el BBB y más aún el evidente murmullo cada vez que recibe en condiciones de levantarse.

Sí que este asunto en particular me genera una duda. Cuando falta Baron sobre la pista, Panko también pero sobre todo Baron, echo de menos una referencia ofensiva en el exterior. No estoy hablando de un tipo que anote sino de alguien a quien buscar; lo echo de menos cuando el escolta de Rhode Island se queda en el banquillo.

Y ya que nombro a Panko, la actuación del tres titular de este equipo me surgiere dos reflexiones. En primer lugar, que me parece muy buena señal que por primera vez en la temporada sea el jugador que más posesiones dispone en el partido, es la confirmación de que se está acercando a su verdadero nivel. Y segundo, entre los muchos aciertos de Laso, uno de los más grandes, demostrar su confianza manteniéndolo en el campo después de la antideportiva a Hervelle. Con este gesto el entrenador demuestra conocer a su jugador, que en esos momentos de tensión siempre se crece y también le dice que cree en él porque quitándole sólo le habría frustrado. Panko contestó con varias canastas y faltas recibidas, aunque quizá dedicarle aquel fade-away al árbitro, por mucho que nos alborozara en la grada, se lo tendría que haber ahorrado. Pero cuando eres Andy Panko no vas a dejar que nadie te tome el pelo en tu casa.

Lo cierto es que fue un partido vibrante, lo pasamos muy bien viéndolo y te levantas con otra cara después de una tarde noche tan agradable. Este equipo va muy en serio. Y ahora es cuando llego allí donde muchos tienen su cabeza. En los días previos al partido leí y escuché en repetidas ocasiones desde Bilbao que el BBB venía a Donostia en busca de una victoria que les acercara a la Copa, incluso que les metiera de lleno en la Copa. La victoria, en cambio, se quedó en casa y la sumó un GBC que estaba con las mismas victorias. Entonces, somos nosotros los que nos acercamos, ¿no? Creo que no hay duda de que eso es así.

No encuentro razones para que la afición no sueñe, se ilusione y crea que el premio de la Copa es posible. Pero que se vea como un premio, como una consecuencia, como una ilusión (aún muy lejana) y no como una obligación. Más que por las cinco victorias, es lo que desprende el equipo, lo que transmite su unidad y su juego lo que nos puede convencer que un hito como ése puede ser posible. Ahora bien, es muy pronto para comenzar a hacer cábalas, para echar cuentas y, por encima de todo, sería un error terrible exigirle al equipo ese logro. Queda muchísima primera vuelta y estoy de acuerdo en dos cosas: que la posibilidad está ahí y que, sin ambages, el equipo tiene lo que hay que tener para conseguirlo. Lo importante reside en cómo enfocarlo. Si lo vemos como una bonita oportunidad, algo agradable por lo que luchar cuando llegue el momento, fenomenal. Pero el instante de temporada por el que pasamos, a lo que invita es a ir a Manresa la próxima semana sin apuros, con poco que perder, que ya es bastante. Sigo pensando que el partido a partido es el camino a seguir y que las cuentas se hacen a falta de tres o cuatro jornadas para el ecuador de la liga regular. Pero sí, yo también soy consciente de que es algo que está al alcance a poco que sigamos en esta línea. Ahora bien, cada cosa a su tiempo; ahora por mi cabeza ronda solamente ganar por primera vez en el Nou Congost de Manresa.

En toda esa corriente de optimismo, lógica, pero tan alienante para el equipo como las críticas continuadas, los que mejor lo están gestionando son, precisamente los miembros de la plantilla. Si ahora caemos en la contradicción de exigir Copa, nos estaríamos olvidando de nuestra condición y de lo que podemos/debemos esperar de nuestro equipo. Un ambiente de ansiedad tornaría la enorme positividad que se respira en decepción a nada que se encadenen un par de derrotas seguidas (que pasará y no será ninguna tragedia).

Por suerte, algún jugador cuando entró al vestuario en medio de la celebración dijo: «Eh, todo esto está muy bien, pero ahora a ganar a Manresa». También escuché, a Salgado, concretamente: «Si ahora perdemos la humildad y dejamos de respetar a los rivales, mal nos va a ir». Y por último, un jugador me confesaba charlando con él tras el partido, primero, que la sensación dentro del campo de ver que todo el mundo está comprometido es genial y también que ellos tienen muy bien aprendida la lección del año pasado y no van a permitir que esto les haga confiarse un ápice. Me parece la actitud correcta. Y eso que entendiendo que la afición deje volar su mente y piense en algo más. Los que lo hagan, tienen argumentos para ello, pero encontremos un equilibrio. Ya lo dije hace un par de semanas, ni creernos los Lakers, ni acomplejarnos. Que este equipo da para mucho más que sólo la permanencia lo tengo clarísimo.

Pero es que precisamente el no creerse nada más, el trabajo desde la humildad, el partir del esfuerzo colectivo es el gran secreto de este Lagun Aro. No me digan que no era evidente que el GBC estaba demostrando importarle mucho más el partido que al Bilbao Basket, que la distancia entre lo que lo deseaba el equipo de Laso era abismal con el BBB. Es la clave. Sigamos por ese camino.

Y por todo lo dicho, creo que es de justicia reconocer el trabajo de una persona y de su grupo de trabajo. Se ha hablado mucho de si habría que renovar a Jimmy Baron cuanto antes… En ese caso, aunque es un jugador que me convence por completo, creo que hay que dejar que transcurran las jornadas para hacernos una impresión más formada. Pero en el caso de Pablo Laso, artífice de todo esto de lo que estamos disfrutando, creo que sí es el momento de comenzar a nombrar la palabra renovación. Y de ponerse a ello cuanto antes.

Para terminar, a todos los que están recortando la clasificación, a los que toman esto como una anécdota, les invito a romper ese trozo de papel y a pensar que estamos ahí por méritos propios (porque desde luego que no nos han regalado nada). Pero hoy en día la clasificación es lo que menos me importa, ni la miro, porque lo que me transmite el equipo me vale y me sobra para estar más que satisfecho con este Lagun Aro GBC. Este equipo va muy en serio.