El Domingo en Son Moix, el conjunto entrenado por Marcelo Nicola visita a los de Felix Alonso 4 meses después de que el B the Travel Brand jugase el que posiblemente haya sido hasta fecha, su mejor partido, cuando derrotaron al Delteco Gipuzkoa Basket en el Gaska de Donosti (65-78).
Desde entonces han pasado muchas cosas y afrontamos el tramo final de la liga regular en una situación antagónica. Mientras el GBC es un equipo consolidado, reconocible y muy fiable, el BTTB está sumido en una enorme crisis de confianza e identidad. A falta de 11 partidos para llegar a los Play Offs, los de Félix Alonso no saben qué deben hacer y los cambios tácticos propuestos, lejos de favorecer que la situación se revierta, parecen agravar la crisis de identidad de un grupo perdido.
En esta tesitura, el GBC visita Son Moix con la certeza de que si superan este obstáculo en su camino, conseguir el ascenso directo es cada vez más factible para ellos, ya que dependen exclusivamente de sí mismos para conseguirlo.
Cuando en pretemporada se confeccionó su plantilla, Marcelo Nicola sabía que tenía pólvora y que el ataque no sería un problema. Quería jugar rápido y sin especular; un equipo «bajito» y dinámico. Le preocupaba más construir una defensa que camuflase sus carencias (es la cruz de la moneda «equipo bajito») y que provocase incertidumbre y malos tiros del rival. Conseguido esto, pediría a su plantilla el máximo esfuerzo en el rebote.
Bien, después de 23 jornadas son la mejor defensa en puntos recibidos (69 pts. recibidos) y eficiencia (DER 0,937).
Como equipo juegan a un ritmo de 74 posesiones por partido con un OER de 1,033 y un DER, como veíamos, de 0,937.
El 52% de las posesiones terminan en tiro de 2 puntos; el 29% en tiros de 3 puntos; el 8% en tiro libre y el 11% en balón perdido (¡son muy fiables!)
Sus rivales usan el 49% en tiros de 2 puntos; el 28% en tiros de 3 puntos; el 8% en tiros libres y el 15% en pérdidas de balón.
El base americano era, la piedra angular sobre la que orbitaba el juego de los donostiarras. Base explosivo, con un 1c1 demoledor y una muñeca privilegiada. Talento puro y difícilmente predecible, pero una grave lesión le apartó del equipo y aquello parecía que iba a ser un golpe en la línea de flotación del GBC. Hablamos de un jugador como pocos y, como decía, insustituible, pero…
Nicola tuvo que lidiar con ese mazado y reinventar el juego. Quien pasó a tener ese rol de killer fue Johnie Dee y Oroz pasó a ser el base titular para, desde su físico, dominar a sus pares en defensa y crear juego para sus compañeros en ataque. Con él, Mikel Úriz aporta más capacidad en el 1c1 y han permitido que el GBC no eche en falta al bueno de Timmer.
He de decir que por cosas como esta, considero que Marcelo Nicola está camino de ser el mejor entrenador esta temporada. Pero veremos, que todavía quedan muchas semanas.
Siempre están en movimiento y su juego, siendo muy clásico y reconocible, lo ejecutan con con maestría y precisión. Mediante cortes y bloqueos indirectos, buscan que la defensa rival no esté cómoda. A partir de ahí, el bloqueo directo con Dee, Úriz y Rozitis o Jawara. El resto de jugadores buscan las esquinas para recibir y tirar con ventaja si les frenan el Pick&Roll.
Siempre en movimiento; siempre sabiendo dónde dar el extra-pass si hace falta.
Presión al balón, cambios constantes y 2c1 en los postes y luego rotar en las ayudas. Provocan los tiros incómodos y sacar al rival de sus situaciones cómodas y reconocibles; que tengan que tomar decisiones rápidamente y en situaciones desconcertantes.
Después mucha vocación por el rebote.
El plantel está en el peor momento de la temporada. Eso es indiscutible. Pero que lo pueden hacer mucho mejor también lo sabemos y como muestra aquel partido el 3 de noviembre en el Josean Gaska precisamente contra el GBC. Aquel fue el primer partido que vi del BTTB y reconozco que el juego en aquel partido me enamoró. Desarbolaron completamente al rival que no podía sino intentar que la diferencia fuese la menor posible. Intensidad, actitud, confianza y un dominio del juego aplastante.
Aquel pasado ya no está y, aun siendo casi las mismas personas (estaban Xavi Rey y Pablo Bertone, pero no Matt Stainbrook), su juego está en las antípodas.
Felix Alonso deberá motivar a sus jugadores para que salgan con la misma intensidad, deseo y confianza. Activarles, sí, pero no hasta el límite de que sientas que cada acción es determinante, porque el estado de ansiedad y de frustración es enorme ahora mismo.
De ganar al GBC, se conseguirá recobrar la ilusión y la confianza de que este grupo puede conseguir grandes cosas en un Play Off.
De perder… prefiero no pensar mucho en ello. Supongo que en el club sí lo estarán haciendo.
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