Asefa Estudiantes 62 – 58 Lagun Aro GBC

El desequilibrio que a todo lo afecta.

Calabazas

¿Quién podía decir que pasada la primera parte el Lagun Aro no rompería la racha, recuperando además la derrota en casa frente a Obradoiro? ¿Dónde se fundieron los plomos? Hace unos meses, alguien me habló de «conjuntos complejos«. Conjuntos en los que todo afecta a todo y todo es afectado por todo. Lo cierto es que en casi todos los sentidos no le faltaba razón (aunque en aquella ocasión, quien de este principio hablaba, sólo trataba de distraer mi atención y corroborar que no sabía las causas de un problema. Pero eso es otra guerra). El rendimiento de una plantilla, el buen rendimiento, es que lo convierte en un equipo. Es más, lo podré con mayúscula para remarcar la importancia de su significado: Equipo.
El Lagun Aro GBC lleva 4 partidos acusando esa falta de cohesión, de reparto y equilibrio. No se comporta como un Equipo. Hablamos, y con razón, de «línea exterior/línea interior», de las debilidades y fortalezas que aporta Panko como cuatro, des estado de forma y/o ansiedad de jugadores que deben ser importantes, etc.
Lo cierto es que la racha, negativa en este caso, también afectó y cuando la plantilla de Lagun Aro dudó, el castillo construido durante 25 minutos, se vino abajo en 15.

Habrá quien hable del débil juego interior. De su poca incidencia en el juego. En parte tienen razón.

  • Betts, Doblas, Lorant y Adeleke se reparten 52 de los 80 minutos del juego interior. Anotan 14 puntos en 13 posesiones (OER 1,077), capturan 18 rebotes (7 ofensivos) y valoran 15.
  • Panko en 34 minutos (28 como interior y 6 como alero) anota 14 puntos en 13 posesiones (OER 1,077), captura 4 rebotes (1 ofensivo) y valora 13.
Mismos puntos en idénticas posesiones. Más de cuatro veces en rebote en 18 minutos más de juego para los 4 cincos del Lagun Aro.
Esta vez, numéricamente, el rendimiento de los interiores no parece tan malo como en otras ocasiones. Veamos la línea exterior:
  • Neto, Salgado, Papamakarios, Vidal y Baron juegan 114 (de los 120 posibles) para anotar 30 puntos en 49 posesiones (OER 0,61), capturar 17 rebotes (6 ofensivos) y valorar 10.
En cuanto a aportación y sobre todo efectividad, la línea exterior sale perdiendo. su OER de 0,61 lastra el rendimiento del equipo. ¿Pero se puede extrapolar el rendimiento de una línea sobre la calidad de todo el juego en general? Asefa Estudiantes cerró su defensa y concedió el tiro exterior del Lagun Aro. Los donostiarras lanzaron 26 veces de 2 puntos, anotando 12 (24 puntos) y 35 veces de 3 puntos, anotando 8 (18 puntos).
Los colegiales son un equipo de configuración similar al Lagun Aro en cuanto a su fortaleza interior. Salvo Simmons, sus otros interiores son el tirador Clark, el tirador Gabriel y el «trescuatro» Jiménez. A diferencia de nuestros exteriores, donde solo Vidal aporta regularmente uno contra uno y capacidad de desborde, Estudiantes forzó 7 faltas más que les dieron 10 tiros libres más. 7 tiros libres más anotados que el Lagun Aro.
Efectivamente, todo afecta. Malos bloqueos no permiten buenos tiros; jugadores que no son capaces de romper a sus pares en el uno contra uno no generan ventajas; una plantilla descompensada hacia el exterior define la defensa rival; la desconfianza tras la mala racha atenaza las mentes…
La solución, desde luego, viene por ganar confianza y esta sólo se puede alcanzar a través del propio trabajo. Todo sale desde dentro de nosotros mismos y a la plantilla del Lagun Aro le pasa igual. Esa es la mala y también y sobre todo, la buena noticia. En ellos está la capacidad de revertir esta tendencia, de salir del bache. 
No nos engañemos, no es sencillo y un cambio en la estructura de la plantilla, en mi opinión, ayudaría a que el cambio pudiese llegar antes. Pero no nos equivoquemos, ya que un jugador no puede revertir la tendencia de una plantilla de 12. Hay que ser un Equipo. Centrándose en lo que de puede/debe hacer y no en lo periférico. Las derrotas son una losa, pero son pasado y no ayudan a ganar. A ganar ayuda trabajar bien y de forma constante todo el partido. Con la confianza de lo que cada uno aporta al TODO.
PD: Y no, no hablo de Baron como un hecho aislado. Él es parte del problema y también de la solución. Como todos los demás.