Cuando los 3 magníficos funcionan, las cosas positivas suceden.
La victoria del Lagun Aro se cimentó en la aportación y presencia en cancha de los tres magníficos (Panko, Barbour e Ignerski. 11, 16 y 17 posesiones -que suman 44- sobre un total de 87 del equipo). Cuando ellos están y aportan, es fácil que los otros 2 miembros del quinteto también encuentren sus momentos.
El partido se empezó a ganar desde el comienzo y aunque esto parezca una perogrullada (que lo es), es cierto. Desde el comienzo, cimentado en el planteamiento de Laso de poner a Barbour sobre Carroll, que propició el colapso del ataque canario y claras situaciones de ataque en contraataque o transición. Ahí el Lagun Aro juega a placer y sus jugones se recrean. Ignerski aprovechaba las asistencias de sus compañeros para hacer 8 puntos en sus 3 primeras posesiones. Después fue Barbour quien tomó el testigo con sus ya clásicas penetraciones. Pedro Martínez, impotente, cambiaba jugadores y solicitaba tiempos muertos. Su equipo funcionó algo mejor cuando Fisher sustituyó a Carroll, a quien Barbour secó y anuló, y sobre todo con la dirección de Bellas (8 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 5 recuperaciones y un OER de 1,143: el mejor de su equipo).
Lagun Aro se mostraba intratable, pero sus mejores hombres acumulaban cansancio. Gran Canaria entendió que sus posibilidades pasaban por elevar su exigencia defensiva y subieron líneas. Los donostiarras en el 2º cuarto comenzaron sus rotaciones que fueron hechas todas de golpe. Bellas y los dos contra uno en las esquinas del medio campo ahogaron al joven Rai López que, impotente, no recibió la ayuda de su entrenador en forma de sustitución. El equipo sin los tres magníficos en pista sufre. Se convierte en un equipo plano, sin capacidad de desequilibrio. Parece que esos minutos son los que se «regalan» para así tener frescos a los jugadores clave en los finales de los partidos. Así, con una mayor actividad defensiva canaria y cierta inoperancia ofensiva local, se llegó al descanso con 2 puntos de ventaja para el Lagun Aro, que había conseguido una máxima diferencia de 18 puntos.
La segunda parte el partido fue un toma y daca. Ambos equipos habían encontrado sus argumentos y ambos trataron de imponerlos. En esta segunda parte ya no hubo experimentos en forma de rotaciones extrañas. Además, como decía al comienzo, con la presencia de en pista de los tres magníficos (o al menos 2 de ellos), los otros jugadores en pista encontraron momentos para sacar lo mejor de sí. En la segunda parte, Doblas (10 rebotes, 12 puntos, 6 faltas recibidas y un OER de 1,263) encontró su sitio. Cuando los partidos se ponen broncos y tiene oponentes de características similares (Savané) se crece. Aprovechó las asistencias de sus compañeros para anotar con facilidad y al ver que su lucha tenía éxito, se creció y confió en sus posibilidades para dominar ambos tableros. Claro, cuando Panko atrapa 10 rebotes defensivos (además de anotar 14 puntos con un OER de 1,273), es más fácil para Doblas cerrar a su par. López no volvió a salir. El de ayer no era su partido y fue Úriz quien combinó con Sánchez en la dirección del equipo. Al final del partido el Lagun Aro llegó más entero. Los últimos 5 minutos los jugaron sus 5 jugadores titulares cada uno de ellos aportando lo mejor de sí mismos. Sólo en el último minuto entró Detrick, que hizo un correcto trabajo ayer, para defender a Bellas y subir el balón en ataque.
Fue un partido de intensidad y de defensa (OER del Lagun Aro 0,874 y del Gran Canaria 0,833). Si en estos partidos aseguras el rebote defensivo (35 R. defensivos por 8 R. ofensivos del Gran Canaria) y consigues porcentajes como los que el Lagun Aro tuvo (51% en tiros de 2, 50% en tiros de 3 y 59% en tiros libres), pese a perder 23 balones (por 11 del Gran Canaria), la lógica dice que debes ganar.
En el debe la inseguridad del equipo cuando se les presiona. Las 23 pérdidas son la estadística y el refrendo de la ansiedad que sufren cuando les sucede que el contrario sube líneas en defensa. Esto les obliga a redoblar esfuerzos en otros apartados para paliar esta deficiencia. No es habitual llegar a un 50% de acierto en el tiro de 3 puntos. Tampoco lo es que el contrario lance 16 tiros de campo y pierda. Qué decir de ser capaz de capturar 13 rebotes más. La lectura positiva de estos datos es que el equipo lo ha hecho, sí. Claro que como digo, no es fácil y requiere de mucho esfuerzo y si se pueden ganar partidos haciendo esfuerzos extra, pero sería mucho mejor bajar esa alarmante cantidad de balones perdidos y también equilibrar algo más las rotaciones para no sufrir bajones tan grandes. Contra Gran Canaria se gozaba de una cómoda ventaja de 18 puntos. Contra Valencia no fue así y no se pudo remontar.
Del Gran Canaria decir que la dependencia de su tirador Carroll (17 posesiones y 17 puntos) marca demasiado su juego. También la poca aportación de su pivot estrella McDonald. Un jugador de sus características físicas, si mentalmente es fuerte, es de los que amarga la existencia al Lagun Aro. Por suerte para los donostiarras, no tuvo su día.