Lisboa


Lisboa es una gran ciudad para visitar. Es cómoda y uno se siente a gusto paseando por su calles.

Resalta el mestizaje entre majestuosos edificios de piedra (sobre todo religiosos) y casas bajas de masa y pintadas (aunque descuidadas) para sus ciudadanos. Desde el Rossio hasta las Plaça de Comercio se expande el centro de la ciudad. Calles con restaurantes y comercio. Desde el rio Tajo (Tejo en Portugués) hacia la derecha se sube al barrio de Alfama, donde está el Castelo de San Jorge, calles estrechas recorridas por su tranvía (merece la pena subir en él). En el otro lado del centro está el barrio de Chiado y Barrio Alto, que es una zona mucho más comercial y de edificios más señoriales. Es también una zona para salir a tomarse unas copas si se quiere. Otra zona muy típica es el barrio de Belem. Allí está el monasterio de los Jerónimos, que fue creado como homenaje al poderío portugués allende los mares y en honor a los portugueses que dieron la vuelta al mundo comandados por Magallanes.

Un fin de semana se queda corto para empaparse bien de la ciudad. A pensa da tiempo a ver cuatro o cinco cosas típicas. Merece la pena pasar algo más de tiempo, tal vez un puente de cuatro días es suficiente.