Previa Palmer Basket <vs> Cáceres, claves para el ascenso a Primera FEB

Palmer Basket recibe al Cáceres en el partido de vuelta de la final, que da el ascenso a Primera FEB

Este sábado 3 de mayo, Son Moix se vestirá de gala para disputar uno de esos partidos que hacen afición. A las 18:30 dará comienzo el encuentro, donde en esta ocasión Cáceres Patrimonio de la Humanidad parte como favorito, tras la victoria y la renta conseguida en el partido de ida (72-63 para los cacereños).

El reto es importante y está al nivel de la recompensa: el ascenso directo a Primera FEB.

Precedente

El pasado domingo se disputo el partido de ida, donde Cáceres mostró todo su potencial. La renta conseguida, 9 puntos, parece exigua visto cómo fuel el partido durante más de 25′ del mismo, donde el Cáceres llegó a superar la veintena de puntos a favor, lo que hubiese «matado» la final, de haberse producido.

¿Y por qué se produjo esto?

Varias son las causas que derivaron en este resultado, en contra para el Palmer Basket. Las hay estratégicas y tácticas, pero sobre todo, como siempre, las hay emocionales.

Activación, intensidad, saber estar

Urdiain será determinante

Cáceres comenzó el partido mucho más «enchufado», menos nervioso y sabiendo lo que se jugaba (y cómo se juega un partido así). Confiando en el buen hacer y leer de Edu Gatell en el 5, defendieron con mucha intensidad los 1c1 y las penetraciones en el bloqueo directo, negando siempre los tiros abiertos de los exteriores de Palmer Basket. Trabajaron muy bien la defensa sobre Chapela, Essley y Urdiain. Los dos primeros generadores y el tercero, tirador, dejando más «libertad» a Comendador y Traoré.
Defendieron para conseguir que el ataque estático del Palmer no fuera fluido y los de Marco Justo no encontraron soluciones en a ese planteamiento.

Pero eso no fue todo. Cáceres cargó con mucha intención e intensidad, de nuevo la intensidad, el rebote ofensivo, lo que no permitió que los palmensanos pudieran correr y jugar en transición, donde han conseguido grandes resultados, obligándoles a jugar en estático, donde los cacereños impusieron su estrategia defensiva.

Para terminar, el nivel de agresividad (agresividad de la buena, legal y la que se espera en una final) del conjunto dirigido por Adrián Alonso, que no permitieron casi tiros liberados y cuando se vieron rebasados, respondieron con faltas «contundentes» (¡ojo que con gran deportividad! No se me interprete que jugaron sucio. Nada más lejos de la realidad).

Para mí, estas fueron las claves del partido de ida. Todo eso luego se traduce en estadística, datos e interpretaciones, pero las claves determinantes fueron esas.

Palmer, sobre todo en la segunda parte, trabajó para compensarlo y es cierto que lo consiguieron, aunque no consiguieron imponer su estilo de juego. Aumentaron su nivel de activación e intensidad de la mano de Feliú, Scariolo y Traoré, principalmente. Elevaron la intensidad y se esforzaron según el partido requería para asegurar el rebote defensivo y adaptaron su juego en ataque al planteamiento defensivo de Cáceres, jugando más con las continuaciones del bloqueo directo. Redujeron la ventaja hasta menos de 6 puntos y tuvieron opciones de igualar más la contienda, pero la desventaja del primer cuarto en el marcador fue mucha y en los últimos minutos no acertaron esos tiros que hubieran posibilidad un resultado algo menos gravoso.

Claves para la vuelta

Cáceres ya no puede sorprender. Su puesta en escena el pasado partido sacó todo lo mejor de lo que son capaces y su plantilla, con jugadores veteranos y de calidad, les da la vitola de favoritos sin duda. Los Alvarado, Rodríguez, Gatell, Adekoya… junto al grandísimo jugador que es Pedro García, saben jugar estos partidos.

Las claves pasan por revertir lo que se vio en el partido de vuelta.
En primer lugar, Palmer debe dominar su rebote defensivo y eso pasa por la intensidad, sí, pero primero por el orden para no perder posiciones defensivas que descoloquen a los jugadores de sus posiciones y zonas de máxima eficiencia.
No es fácil frenar la creatividad de Alvarado y Rodríguez, o la visión de pase de Gatell, pero ahí esta la primera clave. Si se contienen la lineas defensivas, las posiciones de rebote serán más favorables.

La fluidez ofensiva será otra de las claves. Con Scariolo y Feliú se vio cómo atacar la defensa cacereña; con Traoré más incisivo en las continuaciones del bloqueo y generando para ese juego, aprovechando que la defensa de Cáceres está muy abierta para negar tiros de las esquinas. Pero no se podrá ganar ni enjuagar la diferencia si son solo ellos 3. Desde el trabajo colectivo, santo y seña de esta temporada en el Palmer Basket, deben emerger otros jugadores, como ya lo han hecho, como son Chapela, Urdiain o Essley. Y en labores menos vistosas, pero muy valoradas siempre desde el punto de vista técnico, Comendador, Diene y Niang.
Sin duda, si se «rompe» la propuesta defensiva de los de Adrián Alonso, se encontrarán tiros liberados, que es lo que siempre quiere un equipo y que no se produjeron en Cáceres.

En este sentido, las «segundas unidades» de ambos equipos serán determinantes. ¿Qué rendimiento tendrán las rotaciones? Esta temporada, este está siendo un factor vital para Palmer Basket, que con sus rotaciones mantiene la intensidad, mientras que sus oponentes suelen tener rendimientos peores. Por eso es importante primero elevar el nivel de los Chapela, Urdiain o Essley, para «notar» menos en las rotaciones las ausencias de los Comendador o Traoré.

Conclusiones

Palmer tendrá opciones si se sacude la responsabilidad. Creo que en parte ya no la tiene en tan alto grado y creo (y quiero creer) que ver un Son Moix abarrotado y empujando les dará alas.

Debe elevar el nivel de intensidad y de agresividad para igualarlo (o superar) al del rival. Esto es una final. El partido que todos quieren jugar y las finales se juegan con el corazón caliente y la cabeza fría.

Frenar las penetraciones de los bases cacereños para no desajustarse en defensa. Es mejor una falta a tiempo, que un tiro liberado del rival. Con ello, seguro que se mejorará el rebote defensivo, que les permitirá correr y jugar con la ventaja de una defensa no tan bien organizada.

Leer las situaciones de 1c1 y de bloqueo directo; jugar a la buscar la espalda de la defensa.

Creer, darlo todo y nunca, nunca rendirse ni confiarse.

Final para campeonar

El camino corto terminará en Son Moix, pero hay otro algo más largo para quien no lo consiga el sábado. Siempre hay tiempo, siempre hay una buena oportunidad… no precipitarse, no hacer la guerra por su cuenta, mantener la calma y la confianza en lo que les ha llevado a tener esta oportunidad.

Solo haciendo lo que ya han hecho, lo conseguirán. Así que hay que creer de verdad en ello y, con las ideas claras y sintiendo el EQUIPO que son, tendrán su oportunidad, seguro, de conseguirlo.

#YoElijoCreer