De tú a tú ante un gigante para acabar muerto. Eso sí, con las botas puestas
Neto vuelve a hacer un buen partido |
Las crónicas hablan de injusticia arbitral. También de nadar para morir en la orilla, eso sí con una gran sintonía equipo-afición. En todo caso, hablan de un partido vibrante y emocionante. De los que hacen afición. Todo eso está muy bien, pero empieza a urgir conseguir victorias que refrenden ese supuesto «buen juego» (¿o es sólo jogo bonito?).
Hasta jornada 5 el Lagun Aro GBC era el 2º equipo que más faltas recibía (110. Justo detrás de Assignia Manresa con 111). En este partido la diferencia se dispara, pero parece un poco exagerado hablar de doble rasero. Los jugadores de Valencia Basket y Lagun Aro GBC y sus estilos de juego podrían propiciar dicha diferencia. Jugadores como De Colo (7 faltas recibidas), Martínez (3), Caner-Medley (3) o Lishchuk (5) siempre sacan faltas del rival. La defensa del Lagun Aro, muy presionante en líneas de pase y en líneas exteriores, tiene como cruz de la moneda el problema de poder hacer muchas faltas. En el lado contrario, Panko (5), Neto (5) y Vidal (3) son quienes más faltas reciben. ¿Pero quién más en esta plantilla puede provocar faltas al rival?
Defensa
Esta es la faceta a trabajar. El DER en este partido es de 1,26. Los partidos pasan y el equipo lucha y lucha. La calidad ofensiva es la que es…y también la defensiva. El objetivo debería ser bajar esta cifra a menos de 1 (la media ACB ahora está en 0,99). Como dato está que en la única victoria esta temporada, el DER ante el CAI Zaragoza fue de 0,93 (por debajo ampliamente de la media).
Este es, a mi juicio, el mayor y más importante agujero del Lagun Aro GBC. Equipos con un banquillo tan profundo como Valencia, Unicaja, FC Barcelona, Caja Laboral, etc., pueden permitirse tener un mal día en defensa y confiarse a la calidad de uno u otro de sus cracks. Equipos de la parte baja, en los que la calidad es un bien escaso, la defensa debe ser constantemente regular.
Ya lo sabíamos y todos pensábamos que Sito Alonso sería un entrenador que conseguiría este reto, pese a los mimbres heredados. Aunque lo cierto y positivo es que no es tan determinante la aptitud defensiva como la actitud. El objetivo, expuesto y compartido por parte de todo el equipo debe ser ganar consistencia defensiva, construir una defensa como un equipo donde entre todos se tapen las carencias de todos y se potencien las virtudes de todos. Entonces comenzará la regularidad y las victorias.