Con ocho basta

Estoy harto, hartísimo de tener que hablar de los árbitros. Me aburre, me desespera, me enerva y me da rabia porque a mí lo que me gusta es hablar de Baloncesto. Pero ante lo que sucedió el sábado en el Donostia Arena 2016, ¿cómo no voy hacerlo? Si condicionaron por completo el partido, lo marcaron de manera más negativa, desde una actitud vil, ruin y despreciable. Y lo peor es que no es casualidad. Este año los tres arbitrajes más escandalosos que hemos sufrido han sido ante Real Madrid, Baskonia y Barça… y si te meten una paliza como sucedió en Madrid, pues casi parece que no tienes derecho al pataleo, pero en las dos últimas citas en casa los atracos han sido de lo más llamativo. Frente a Baskonia fue más sibilino pero es que ante el Barça todos y cada uno de los aficionados del Lagun Aro fueron testigos de primera mano de un partido que cambia por completo por obra y gracia de los que iban vestidos de naranja y protestaron a coro lo sucedido. Y es triste, porque los protagonistas son los otros diez que están sobre el parqué. Si no nos van a dejar ganar contra estos equipos, si no interesa que pierdan por motivos de política deportiva o comerciales o los que fuere, que nos lo digan de antemano y así no vamos. Porque la afrenta al Lagun Aro GBC y a su afición de lo evidente, vergonzosa hasta el rubor. Creo que estos robos frente a los grandes resultan más patentes para nosotros porque se da la circunstancia de que nuestro equipo se desinhibe de toda presión ante estos equipos por el ‘nada que perder’ y saca lo mejor de sí mismo. Así, es capaz de plantarles cara y cuando nos atracan a silbato armado se nos queda, si cabe, más cara de tontos.

No quise escribir nada más acabar el partido por dos razones: para calmarme de la profunda indignación y para ver de nuevo el partido por televisión, rebobinar y observar con atención las jugadas polémicas. Bueno, una vez revisado, me reafirmo: atraco. Y uno de los que me transportan 15 o 20 años atrás, años del Baloncesto europeo en los que había canchas en las que no podías ganar. Por lo visto ahora en la ACB hay equipos a los que no te dejan ganar. Me desencanta que sucedan estas cosas porque es muy injusto. Pero ha pasado toda la vida.
Las diferencias de criterio fueron abismales y tan obvias que las vería hasta Ray Charles. El partido se resume en 30 minutos que el Lagun Aro tiene el control sobre lo que está sucediendo, siendo dueño del ritmo, incomodando al Barça y resistiendo sus embates cuando en apenas minuto y medio un parcial desolador favorable al Barça, auspiciado completamente por el trío arbitral, da un vuelco al statu quo. El catalizador de todo esto parte de dos acciones: el conato de tángana que organiza y provoca Anderson -que por cierto, es merecedor de técnica o falta antideportiva pues golpea a Panko con el partido ya parado- y el golpe involuntario de Doblas a Ndong al chequear el rebote. Ndong baja la cabeza y se topa con el codo de David y éste, al ver que su rival se duele para el partido… Desde ahí Xavi Pascual no deja de protestar y los árbitros entran al trapo con iniquidad.
Seguidamente llega el minuto y medio de la vergüenza. A 1:33 para el final del tercer cuarto, Juan Carlos Navarro simula que Alfonso Sánchez le empuja cuando el escolta del GBC está clavado en su cilindro. Igual no es Alfonso sino un francotirador en la grada el que le tira porque Navarro se va al suelo como si le hubieran matado. ¿Simular es técnica, no? A 1:27 Alan Anderson logra un 2+1 con falta para Lorbek que solamente toca el balón, el error lo aderezan con una técnica para un Lorbek incrédulo ante una falta que no existió. Y después, a unos segundos del final, Alfonso Sánchez se va al suelo siendo objeto de un bloqueo en movimiento de Perovic y es castigado con técnica por simular. Qué cosas… Y con 0,5 para terminar ese tercer cuarto Navarro vuelve a hacer honor a sus dotes como actor y simula otra falta en un triple cuando su defensor tiene el brazo arriba y desvía el balón. ¿Simular era técnica, no? Porque a Alfonso se la pitan… Qué diferencia.
Y por arte de birlibirloque, un partido que el Lagun Aro había tenido la virtud de controlar, se le escurre entre las manos sin tener él culpa ninguna. Cierto que por la frustración el equipo se queda unos minutos grogui y el Barça se va por más de diez puntos, y aun así, los de Laso son capaces de sobreponerse y disponer de un último triple que mandaba el partido a la prórroga y que de manera dramática se le sale literalmente de dentro a Baron.
No le podemos pedir más a nuestro equipo, si acaso, que sea capaz de mostrar este orgullo, esta presdisposición y actitud en todos los partidos. No digo ganas, porque en desastres como los de Alicante y Zaragoza no creo que al equipo le faltaran ganas, ni mucho menos, pienso más bien que fue una cuestión de ansiedad. Lo interesante sería saber el porqué de esa ansiedad, que me resulta totalmente inexplicable.
En cambio, el sábado ante el Barça el equipo se libra de cualquier atadura mental al sentir que no tiene nada que perder y saca lo mejor de sí mismo. Por encima de las evidentes buenas actuaciones de Panko, Doblas (especialmente en la segunda parte) y Kone; me quedo con la valentía de un Alfonso Sánchez que va a más y que su confianza crece (propiciada por la de Laso en él y también por su trabajo) y Miralles, que disponiendo sólo de tres posesiones y anotando otros tantos puntos es capaz de aportar en todas y cada una de las facetas del juego. En cuanto a que Skita no jugara, lo único que tengo que decir es que si se aburre en el banquillo se corte un poco en el brazo y con lo que salga a borbotones disfrute de un rica horchata… y fresquita.
Me encantó la imagen del Lagun Aro GBC. Y su actuación, su juego, su confianza, me demuestran que lejos de lo que pasó la temporada pasada a estas alturas, el grupo está preparado en todos los sentidos para salir de esta mala racha, porque ésta se refiere a los resultados mucho más que al juego y si es capaz de volver a mostrarnos la semana próxima algo parecido a la de ésta, la próxima victoria no se va a escapar.
Es una lástima que no se rompiera el sábado, porque sin duda lo mereció. Entre la deplorable suciedad en el juego de Navarro, cuya actuación fue premiada por el público guipuzcoano con una ensordecedora pitada cuando era entrevistado por televisión (hay una línea entre jugar listo y sucio y él la ha sobrepasado, eso no es deporte es interpretación así que lo mejor es que se vaya al teatro, ahí le aplaudirán) y la desesperante parcialidad de los árbitros, expoliaron una victoria de la que fuimos sin duda acreedores y nos amargaron una tarde que pudo ser gloriosa. Es una pena, porque si cinco contra cinco no es suficiente, con ocho basta para que el Barça nos gane. Habrá que seguir peleando, porque desde luego que no tenemos intención de rendirnos.
Llegamos al final de la primera vuelta y lo hacemos con una mezcla de indignación por el último partido y rabia por el bache en recta final que nos ha sacado de un buen tono general. Después de analizar la actualidad referida a este último partido ante el Barça, esta semana analizaremos la primera vuelta de manera general y también pormenorizada en todos los protagonistas. El balance es idéntico al del año pasado, pero se me antoja muy distinto en la forma.