De primero, una ración de ilusión



Me gusta. Me gusta subir al Donostia Arena 2016 y pasármelo bomba durante los 40 minutos de partido. Me gusta que mi equipo me transmita una actitud y unas ganas contagiosas que te obligan a aplaudir hasta que te arden las palmas de las manos. Me gusta irme a casa con una sonrisa en la cara y me gusta que desde el primer partido de temporada en casa se sienten las bases de cómo tienen que ser las cosas para prosperar en la ACB. Me gusta mucho la pinta que tiene este GBC.

El domingo disfrutamos mucho. Y existiendo errores (los menos) y aciertos, es por encima de todo el poderoso despliegue de los de Laso en esta primer cita en casa lo que más me convenció. Nos hablaba Pablo en la rueda de prensa posterior al partido de la puesta en escena. Sin duda, la mejor posible. Seguramente, una de las mejores primeras mitades que he presenciado nunca en el DA2016. Después, tuvimos unos minutos de inquietud y también algún que otro problema que resolver en el que ahora profundizaremos. Pero, aún y con eso, nada ensombrece la enorme ilusión que sentimos en nuestros asientos.

Ojo, que esto no ha hecho más que empezar. Después de cada partido, se presentan oportunidades y amenazas, la más importante de las segundas es tirar las campanas al vuelo. Exagerar lo conseguido, inflar el globo. No vaya ser que nos reviente en la cara. Pero, sinceramente lo dudo. Lo de la victoria frente al Cajasol se me antoja el primer peldaño de un largo trecho de escalera. De hecho, la derrota de la pasada semana en Fuenlabrada, dentro de lo negativo que siempre es perder, no me resultó especialmente preocupante, ni grave. Sí que dejó asuntos que resolver. Los sistemas andando; la inconsistencia, intermitencia o irregularidad en el juego a lo largo del partido; el exceso de rebotes ofensivos por parte del rival… Sólo el último de estos males aquejó al equipo en la primera cita en casa y eso es buena señal, sobre todo unida a que se potenciaron las cosas buenas, que también las hubo en la visita al Fernando Martín.

Pero antes de centrarnos en las oportunidades, voy a nombrar otra amenaza, que me parece de idéntica importancia que la de, como diría el señor Lobo, empezar a comernos las p… Y no es otra que la de mirar más allá. Me explico. Ganamos y convencemos en el primer partido en casa, algo que históricamente no habíamos hecho nunca y corremos el peligro de mirar el calendario y entusiasmarnos pensando que afrontamos una fase del calendario amable, llena de citas de nuestra liga. Y claro, después de lo del domingo… a arrasar. Me parecería un error y error grave. Opino que el GBC ha firmado un partidazo, al que pocas pegas se pueden poner, pero ahora sólo debemos tener un asunto en la cabeza: viajar a Menorca y ganar. Lo demás poco o nada importa. Sólo existe Menorca.

Y es ahora cuando me parece relevante sacar a relucir las oportunidades que nos granjea la victoria frente a Cajasol. La primera, interna y externamente, aprovechar la confianza adquirida cuando juegas un partido así. Es obvio que cuando salen las cosas es mucho más sencillo ir a entrenar y que te salgan las cosas; creer en lo que haces. Hay que potenciarlo porque éste parece el camino a seguir. Y la segunda, no menos importante. Dar alas a la ilusión creada.

Creo firmemente que la asignatura más importante que le quedó el año pasado era crear ilusión. Transmitirla. Contagiarla. Esta temporada necesitamos ilusionarnos. Lo dice a gritos la bajada en el número de abonados. Desde luego que poner partidos los domingos por la tarde ayuda, mejorar los accesos y todo los demás, eso muy útil. Pero aquí lo que convence o deja de convencer es el baloncesto que nos enseñan sobre la pista. De nada me vale que me cuenten que es una gran oportunidad ver en Donostia a equipos como Barcelona, Estudiantes, Juventut, Baskonia, Unicaja, Real Madrid o el mismo Cajasol. No, no. De de eso nada. A los que voy a ver yo es a los del Lagun Aro GBC. Y voy a verles competir con esos equipos y con el resto, eso es lo que quiero y lo que me llena de ilusión. Y eso lo único que le pido al GBC. Ilusión.

Si el equipo engancha, la cifra de abonados volverá a subir; si no lo hace, ni domingos por la tarde, ni aparcamientos, ni nada. Baloncesto. De eso se trata.

En cualquier caso, en la primera oportunidad, la ración de ilusión fue más que generosa. Estaba sentado en mi asiento y no paraba de pensar en que me daba pena que un montón de gente se perdiera ese partido, porque pasamos un rato magnífico viendo a nuestro equipo jugar muy bien al baloncesto. Y eso que había 6.110 espectadores según datos oficiales -la media de la temporada pasada, 6.800- y aún así, no estuvo nada mal la entrada y sobre todo, el ambiente durante el partido. Esto es algo recíproco, si el equipo transmite, el público le da; si no es así… Pero vamos, que ni una pega en ese aspecto. Si el equipo sigue esta línea, veremos más público en las gradas seguro.

Y más allá de todos estos temas, que me parecen muy relevantes, vamos con lo que de verdad importa. El juego. Lo decía antes, pocas pegas se pueden poner al equipo. Cuando creces desde la defensa, todo es un poco más fácil. Y la defensa del GBC ante el Cajasol, a falta de un mejor calificativo, fue excelente. Los sevillanos se quedaron en un 33% en tiros de campo (33% en t2 y 33% en t3) y no es que sean mancos precisamente los de Plaza. Lo que pasa es que siempre tuvieron una mano, un defensor, una ayuda… incomodando. Qué bueno es Bullock, sí. Pues 1/6 en triples y 2 balones perdidos. ¿Y los pivots? Las pasaron putas para conseguir alguna canasta… Es la gran diferencia con respecto a la temporada pasada, defendiendo a este nivel, sobre todo de actitud, nos va a ir pero que muy bien.

Cada vez que le preguntamos ayer a Laso por un jugador su respuesta era «sí, pero el grupo…«, «no podría destacar a uno solo» y expresiones por el estilo. Es comprensible y lógico, sobre todo, siendo el entrenador; cuando funciona el colectivo, cuesta destacar a uno solo. Y pienso que por encima de cualquier actuación individual, pesa esa sensación de bloque atrás y esa circulación de balón en ataque que arrancó aplausos en unas cuantas ocasiones…. También es un problema colectivo que nos quiten 17 rebotes ofensivos de los 42 balones que rechazó nuestra canasta, son el 40%, demasiados, y eso que en más de una jugada el Cajasol se llevó 3 y 4 rebotes seguidos. No es excusa. También es cierto que en la primera mitad llevaban ya 14 y después, en los minutos más comprometidos, se cerró el grifo. Otra cosa, 19 pérdidas, son excesivas, sobre todo cuando este año no son por intentar correr, sino más bien por precipitarnos; dispusimos de 66 posesiones y perdimos 19 balones, son demasiados.

Subrayando al colectivo, no puedo pasar por alto a David Doblas. No por lo 16 puntos, ni por los buenos porcentajes, no. Es el crecimiento constante. Se le ve tan fino, tan centrado, tan responsabilizado, tan motivado, tan comprometido… No es que antes no lo estuviera, pero veo a David como más… sensato, maduro, más hecho. Creo que éste va a ser su año, que se va a salir. Los dos primeros partidos son una prueba fehaciente de su salto de calidad, un salto que parte de un buen nivel, lo que puede llevarle a ser un pívot de la élite de la liga. Depende sólo de él. Sus movimientos de pies y su defensa cuerpo a cuerpo son de las mejores de la liga, ¿ése tiro de la media distancia camina hacia la consistencia?

Y una de las mejores noticias tanto para David como para el equipo es la irrupción de Jimmy Baron. Laso lleva tiempo destacando la importancia de los espacios, una importancia que con el cambio de reglas se presenta decisiva. La temporada pasada la falta de tiradores nos convertía en un equipo unidimesional y previsible en muchos casos, cuando los equipos se cerraban en su zona y no nos entraban los tiros, lo pasábamos mal. Ahora, con un tipo que es una amenaza real incluso desde 9 metros, el campo se hace mucho más largo para las defensas rivales. El domingo Jimmy metió 3 de sus 4 primeros intentos, después mejoraron la defensa sobre su tiro… dejando un mundo entero para que Doblas disfrutara. Una de las personas con las que estuve viendo el partido se preguntaba una y otra vez… ¿cómo pueden dejarle solo a David?, ¿cómo le dejan solo todo el rato? Bueno, Cajasol se vió obligado a elegir y decidieron salir a por Baron hasta donde fuera… Si subestiman la amenaza interior de este equipo, tanto mejor.

Y para acabar, quiero hacer una pequeña reflexión sobre el puesto de base. De antemano y con sólo dos jornadas disputadas, creo que esta posición va a funcionar como nunca lo ha hecho antes en este equipo. En Fuenlabrada Ricardo no tuvo suerte y en cambio Javi fue de los mejores del equipo. En esta ocasión, Úriz estuvo brillante, así de claro, y metió la canasta más importante del partido, aquel triple cuando más se acercaba Cajasol… De Javi diré que espero más de él que lo visto ayer. No jugó un mal partido ni mucho menos, tomó decisiones acertadas que le llevaron a 7 asistencias… Pero perdió algún balón y tuvo algún despiste en defensa que debe corregir. Sus 15 puntos de valoración son engañosos, 9 de ellos son en el último minuto del partido a base de faltas recibidas y tiros libres. Pero ojo, también hay que estar ahí para meterlos y dejar bien claro que el partido estaba cerrado.

En cualquier caso, tenemos razones de sobra para ilusionarnos. El próximo paso es ganar el domingo en Menorca. Aprovechemos unos segundos más para paladear la victoria y a centrarnos en la próxima. De momento tengo una cosa clara sobre este Lagun Aro GBC. Me transmite ilusión. Me gusta.