Campanada de Palmer Alma Mediterránea en Granada (63-70)

La victoria del Palmer Alma Mediterránea Palma sobre Covirán Granada fue suerte

Sí, suerte, porque la suerte es cuando la oportunidad y la preparación coinciden.
Ya en la rueda de prensa previa al partido, Alex Pérez decía que se trabaja para ganar todos los partidos y por ello no descartaba ganar en Granada al Covirán, pero que habrían de coincidir algunos factores, como que los granadinos estuvieran algo relajados tras su golpe de mano en la pista de HLA Alicante y que recibir al colista no les motivase lo suficiente. Y por supuesto, que sus jugadores lo diesen todo.

En esa misma rueda de prensa, habló del palo que supuso ser derrotados por un Almansa con Afanion que les desarboló, pero que el equipo se había repuesto y seguían trabajando por un objetivo superior al «partido a partido».

Y la suerte surgió en la forma de la oportunidad que supuso que, efectivamente, Covirán Granada no estuviese suficientemente motivado y en forma de preparación del Palmer Alma Mediterránea Palma, que tenía un plan y lo supo llevar a buen éxito de principio a fin del partido.

Concentración, motivación, determinación.

Los cuatro periodos del partido comenzaron con un Palmer Alma Mediterránea Palma muy enchufado, sacando de sus posiciones cómodas al Covirán Granada y anotando buenos parciales a su favor. Desde el punto de vista de la calidad, el partido no tuvo mucha calidad, los de Juan Pablo Pin, acabaron con un 39% en TC (16% en T3) y un OER mísero de 0,813, sobre todo por las 18 posesiones en las que perdieron el balón.
Palmer Alma Mediterránea Palma no estuvo brillante en ataque: 36% en TC (16% en T3) y un OER de 0,915, pero consiguió no regalar posesiones al rival (sólo 7 balones perdidos).

De saber lo que no hay que hacer, a saber lo que sí hay que hacer

Si contra Almansa con Afanion, Palmer Alma Mediterránea Palma, sufrió en sus carnes el castigo por bajar los brazos, dejar de competir, etc., en Granada el equipo corrigió ese aspecto y otros.

Sin duda, el jugar con un nivel de intensidad alto, atacar y buscar la verticalidad en los 1c1, mover con fluidez el balón, presionar al balón para que Costa no dirigiese con comodidad y cerrar el aro cuando el balón entraba sobre Fall. No perder balones que regalen contraataques cómodos al rival. Usar a Jacobo Diaz para subir el balón. Atacar con velocidad de balón los pocos minutos de Covirán Granada se puso en zona. Contar un Harrell implicado y generando juego…

Y Harrell cogió su fusil…

Foto: Fermin Rodriguez / Fundación CB Granada
Harrell Jr. se encontró cómodo y mostró su talento. Foto: Fermin Rodriguez / Fundación CB Granada

El americano jugó suelto y creando mucho peligro para el Covirán Granada. En los 33 minutos que estuvo en pista, se jugó 23,5 (por aquello de los tiros libres en el cómputo de las posesiones), que son casi el 31% de todas las posesiones del equipo (76,5).
19 de sus posesiones acabaron en tiro, 3,5 en tiro libre y 1 perdida. Con 6/10 en T2; 1/9 en T3 (37% en TC), para 21 puntos en total.
¿Tiró mucho? Muchísimo. ¿Falló? Bastante. Pero para mí, es todo un éxito para este equipo encontrarle más de 23 posesiones a un jugador con tanta pólvora como él y que lance 19 veces a canasta. Él es el One-to-Go-Man del equipo y eso permite que la atención que el genera a las defensas rivales, permita a otros jugadores encontrar tiros de alto rendimiento para ellos.

En este sentido, otro jugador que tiene un rol muy similar, es, y lo fue en el partido también, Kullamae y no le fue a la zaga en cuanto a posesiones dispuestas. El estonio tuvo 18 posesiones; 14 acabaron en tiro de campo, 3 en tiro libre y 1 perdida.

 

 

Así pues, quienes supieron aprovechar toda la atención que Harrell y Kullamae absorbieron, y toda la brega que Jawara, Figueras, Suskavcevic y Gehrke (los pocos minutos que disfrutaron, aportaron muy buenas cosas) pusieron, fueron Mc Donnell y sobre todo, una vez más un Jacobo Díaz que hizo de todo y casi todo bien. Capaz de subir el balón, de buscar espacios entre lineas, de cargar el rebote ofensivo y de defender a Murphy, uno de los mejores jugadores de la categoría.

Conclusión

Jacobo Díaz volvió a demostrar su gran IQ. Foto: Fermin Rodriguez / Fundación CB Granada

Se confirma que el estado anímico, es el factor más importante. También en el deporte profesional. Esta victoria ante Covirán Granada, si se impone la lógica del sistema de competición de esta temporada, racional y prácticamente, no tendrá mucho valor para el Palmer Alma Mediterránea Palma. Pero sí lo tiene desde el punto de vista emocional y experiencial. Como decía al principio, si contra Almansa descubrimos lo que este equipo no puede permitirse hacer; en Granada se han demostrado a sí mismos que, haciendo lo que saben y pueden hacer, tienen posibilidades de competir de tú a tú con cualquiera y de ganarles.
Este partido, es una lección más en ese «objetivo superior» del que hablaba Alex Pérez en la previa del partido.

Que así sea.

Estadística Covirán Granada - Palmer Alma Mediterránea Palma

Pd: Esta estadística es lo que alguna vez suele pasar: El equipo que gana, tiene menos valoración y peor % en el tiro de campo… Esta es una de las aparentes paradojas de la estadística, pero lo que hay que tener siempre en cuenta es que en el baloncesto, la posesión es la unidad de medida; que al alternarse en los inicios de cada periodo y cuando se produce una «lucha»,ambos equipos tienen la misma cantidad de posesiones (con alguna mínima diferencia por faltas técnicas o antideportivas, etc.). Por lo tanto, el rendimiento lo determina lo que se hace con esas posesiones. En este partido la clave estuvo en las pérdidas y en la diferencia de acierto en el TL, lo que no habla muy bien de la actitud con la que Covirán Granada afrontó el partido.